Y la visión dibuja lágrimas en tu mirada que creías escondidas, y brotan. Y tú que las guardabas sin saber hasta cuándo. Y te desmonta, y te abandonas al llanto quieto, silencioso. Y por fin te vacías, y emerges, y respiras. Y ves que es duro pero aceptas el reto y el regalo.
No es cualquiera quien con su llave es capaz de abrir tu puerta.
Y sabes que algo acaba de cambiar, que el tiempo parado acaba de moverse de nuevo.
Pero no sabes nada más.
No es cualquiera quien con su llave es capaz de abrir tu puerta.
Y sabes que algo acaba de cambiar, que el tiempo parado acaba de moverse de nuevo.
Pero no sabes nada más.