Como ya comenté en "La Luna, cuarto color", hubo una época en la que quise recrear la baraja del tarot (qué original...), éste es uno de los arcanos que casi terminé (hay cosas que no se acaban de terminar nunca), todavía está en observación para posibles mejoras...(ja).
Hasta donde yo sé también lo llaman "Los dos caminos", buen nombre. Aunque parezca lo contrario no suele ser una buena carta, depende de cuáles la acompañen, ¿Pero acaso el amor lo es?... Depende de las cartas que lo acompañen, desde luego con "El Sol" junto a ella puede ser maravillosa, pero no con "La Luna"... Y ahora que lo pienso, ¿Por qué algo tan antiguo como la baraja del tarot, no contempla una carta dedicada al Mar?... Habrá que inventarla.
La época en que creé estas cosas era una época de cambio, mejor dicho, cuando creé estas cosas se aproximaba una época de cambio... Como ahora.
Todavía puedo ver con todos mis ojos, también con los del alma, con esos espero no dejar de ver nunca: ese pasado, que como he dicho alguna vez, nunca sabremos si es inventado o no. Y todo lo aprendido.
Nota: Y ahora, Nachete, (o cualquie graciosillo) no se te ocurra romper la trascendencia del momento recordándonos de cuántos ojos se compone la anatomía humana, questo es prosa poética, lecheyá!!!