De qué sirve la capacidad de soñar Agus? (Te lo digo a tí porque vengo de tu último video). A estas alturas pienso que sólo para torturarse más, para sentir cosas que no se harán realidad nunca. Es una enorme putada ser sensible, este mundo no se ha construído para los sensibles. Los sensibles vamos contra natura. La evolución marca un camino muy diferente y sólo sobreviven los más fuertes.
En este lugar.
Hoy no es un día raro, hoy es un día normal, un repugnante día de tantos y tantos. De los de siempre. De esos en los que te levantas con una ilusión y te acuestas de una sonora patada en el culo. Si es que puedes dormir. Yo hoy tampoco puedo, por enésimo día. Me duelen los ojos pero tengo que sacarme la ponzoña de dentro, para eso están lo diarios, supongo.
Me siento absolutamente impotente, pero me sería imposible permanecer sin hacer algo. Algo que lo cambiara todo, pasado y presente. Algo que me devolviera la inocencia y la capacidad de tener fe.
Hoy me levanté con un sueño nuevo, dulce, el más dulce que pueda tenerse. Lo saboreé toda la mañana, me mecí a su lado, cerré los ojos para verlo más nítido, me apasioné, se me saltaron las lágrimas al descubrir que era capaz de generar, por primera vez en mi vida, un sentimiento tan precioso, tan secreto y tan universal a la vez, dando sentido a cosas que aunque bellas, sólo vagaban por mi mente, sin estacionarse nunca, sin un lugar/hogar concreto. Como estrellas fugaces que se te escapan de las manos sin saber cuándo volverás a verlas. Por muy tuyas que sean.
Se me hizo añicos en el suelo, en ese trozo de suelo que queda para los añicos de los sueños y las cosas.
Y despierto a la hora de estar dormida deseando que la sensación de "día normal nº X" sea una pesadilla. No puedo pararme y ya.
¿Por qué miro hacia atrás y tengo la sensación de que mi camino viene cuesta abajo? Desde lejos. Desde hace tiempo. Por qué, para qué sigo caminando. Si estoy agotada, tengo pocas fuerzas, e ilusiones y sueños sólo son eso, quimeras que se rompen.
Estoy absolutamente confundida y rodeada x todos mis fantasmas. Estaría asqueada si me quedaran fuerzas.
Sólo puedo mirar el suelo y sus añicos, las teclas y mis manos, las luces y las moscas negras, y este dolor que me ha dejado el llanto.
En este lugar.
Hoy no es un día raro, hoy es un día normal, un repugnante día de tantos y tantos. De los de siempre. De esos en los que te levantas con una ilusión y te acuestas de una sonora patada en el culo. Si es que puedes dormir. Yo hoy tampoco puedo, por enésimo día. Me duelen los ojos pero tengo que sacarme la ponzoña de dentro, para eso están lo diarios, supongo.
Me siento absolutamente impotente, pero me sería imposible permanecer sin hacer algo. Algo que lo cambiara todo, pasado y presente. Algo que me devolviera la inocencia y la capacidad de tener fe.
Hoy me levanté con un sueño nuevo, dulce, el más dulce que pueda tenerse. Lo saboreé toda la mañana, me mecí a su lado, cerré los ojos para verlo más nítido, me apasioné, se me saltaron las lágrimas al descubrir que era capaz de generar, por primera vez en mi vida, un sentimiento tan precioso, tan secreto y tan universal a la vez, dando sentido a cosas que aunque bellas, sólo vagaban por mi mente, sin estacionarse nunca, sin un lugar/hogar concreto. Como estrellas fugaces que se te escapan de las manos sin saber cuándo volverás a verlas. Por muy tuyas que sean.
Se me hizo añicos en el suelo, en ese trozo de suelo que queda para los añicos de los sueños y las cosas.
Y despierto a la hora de estar dormida deseando que la sensación de "día normal nº X" sea una pesadilla. No puedo pararme y ya.
¿Por qué miro hacia atrás y tengo la sensación de que mi camino viene cuesta abajo? Desde lejos. Desde hace tiempo. Por qué, para qué sigo caminando. Si estoy agotada, tengo pocas fuerzas, e ilusiones y sueños sólo son eso, quimeras que se rompen.
Estoy absolutamente confundida y rodeada x todos mis fantasmas. Estaría asqueada si me quedaran fuerzas.
Sólo puedo mirar el suelo y sus añicos, las teclas y mis manos, las luces y las moscas negras, y este dolor que me ha dejado el llanto.
(Sin etiqueta de entrada, sin orificio de salida)