jueves, 28 de febrero de 2008

"El Llanto"

Porque también llora mi alma ante el sufrimiento ajeno, de quienes quiero. Cuando los veo locos, idos, hundidos en su propia oscuridad. Deshechos. Y nada ni nadie les hace reaccionar.
Muros malditos.
Ojalá un rayo divino y poderoso los destroce a todos y así queden desnudos frente a un espejo que refleje su miserable realidad.
No ven, no oyen, no quieren sentir, sin humildad, con orgullo vano
¿Qué vida es esa?
Lágrimas inútiles de mar.
Llover sobre mojado.
Sobre mojado.
¿Por qué tengo yo que sentirles?