jueves, 28 de febrero de 2008

"...When I was a child I had a fever..."

Aquí hemos de acabar lo que en otra edad empezamos. Quizás hagan falta muchas hasta subir el último peldaño.

El purgatorio es la vida.

Y allá en lo alto cuando desapaezca el camino todo será como debe ser y se dará sentido a tantos sentimientos sin nombre. Nostalgia del futuro como en una visión, sabemos sin entender que "ese" día habrá de llegar.

Puede ser un miedo o un deseo profundo. LLorar de alegría por lo que acaba de terminar, llorar de alegría por lo que sabemos nos aguarda.

A veces lo grotesco, lo terrible, es el único modo de expresión para un alma que desea salir cuando su sinrazón o su cuerpo no la dejan, cuando se siente presa de cuánto le rodéa. Sólo le permiten mirar, pensar, soñar, sólo un viaje a través de los sentidos y creen que así nunca saldrá de su cárcel.

No me importan los barrotes porque imagino escapar tu alma a través de tu mirada. Porque ya lo vi y sé lo que quiere, y la cárcel desaparecerá y el alma quedará libre.

Este es el purgatorio. Yo te rezo. Y lo que ha de venir indescifrable e infinito.

Tuve una visión cuando era niña

(el destino y su libro son más poderosos de lo que nunca podamos llegar a imaginar).